La historia de los objetos en el arte contemporáneo se remonta a principios del siglo pasado, aunque es en los años 80 cuando se consagran como tema, motivo y medio de expresión artísticos. Lo que empezó como una moda, es hoy una realidad. El arte es también funcional, como en el caso del diseño industrial. Orientado en sus inicios a satisfacer el hambre voraz del consumo masificado, el diseño de mobiliario y objetos de uso cotidiano (lámparas, en nuestro caso) ha encontrado un merecido espacio en museos y galerías consagrados. Su belleza, como valor añadido, les convierte –a la fuerza- en iconos, en símbolos de una sociedad ya no sólo utilitaria, sino también contemplativa. A continuación, una selección de luminarias que ya son carne de coleccionista.
TIZIO by RICHARD SUPPER. ARTEMIDE
El año pasado nos dejaba uno de las figuras más importantes del diseño contemporáneo. El disciplinado alemán asentado en Milán supo, como pocos, sacarle a cada objeto toda su esencia y convertirse, así, en referencia de diseño industrial de alta visibilidad. Al contrario que muchos de sus coetáneos, percibía el diseño como algo social. En su caso, la forma no respondía exclusivamente a una funcionalidad: era de rigor darle un sentido.
Tizio es uno de los iconos del diseño industrial aplicado a un objeto: creada por primera vez en 1971 y comercializada después por Artemide, su diseño responde a una necesidad del propio artista. Incapaz de encontrar una lámpara capaz de ser transportada con facilidad, de cabeza pequeña y largos brazos, ideó un funcionamiento revolucionario para aquellos tiempos: una luminaria con transformador en la que la corriente sube por tallo y brazos hasta la bombilla halógena (con dos intensidades de luz). Puede moverse en cuatro direcciones y su equilibrio depende de contrapesos. Negra, angulosa, minimalista, misteriosa e inusitadamente tecnológica, se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas. Tizio puede verse hoy en el MoMA de Nueva York y en el Vitra Design Museum (Alemania).
EDGE by ALESSANDRO MENDINI. ARTEMIDE
La proeza de Mendini ha sido ayudar a difundir el diseño italiano a escala mundial desde un punto de vista neomodernista basado en la perfecta fusión entre arte, diseño y arquitectura. Su trabajo está presente en colecciones permanentes del MET y MoMA neoyorquinos, así como en el Georges Pompidou de París.
Edge es el nombre de la lámpara-plafón fluorescente de termoplástico inspirada en una versión anterior (suspendida) también para Artemide. Su difusor está confeccionado en polipropileno blanco y ha sido producido con tecnología de moldeado. Edge se fija al techo a través de una placa de montaje en policarbonato blanco. Su iluminación, cálida y difusa, es única gracias a su sorprendente forma cúbica.
TOLOMEO BY LUCCHI & FASSINA. ARTEMIDE
El diseño de Tolomeo –y su posterior conversión en familia numerosa- es uno de esos ejemplos en los que el objeto es capaz de transformar a sus creadores en artistas universales. Esta lámpara de escritorio nace en 1987 para convertirse, instantáneamente, en icono. Siguiendo la estela de la ya legendaria Anglepoise (Paul Smith), Michele de Lucchi y Giancarlo Fassina crean una luminaria de base pesada, brazo articulado y pantalla metálica. Pero es el movimiento articular lo que la convierte en revolucionaria: sus tensores de acero, a la vista, son capaces de direccionarla y hacerla girar a demanda, quedando estabilizada gracias a un sistema de muelles.
Iluminación directa o indirecta en sus múltiples versiones (de pared, colgante, de raso con luz difusa, de pie talla XXL), ahora también está disponible en formatos LED y no tiene rival en cuanto a su capacidad para adaptarse a todo tipo de espacios. Infinidad de premios internacionales la avalan y las mejores galerías y centros culturales del mundo la han incluido en sus muestras. En la actualidad, está presente en el MoMA y en una selección que Wright (Chicago) alberga con lo mejor del Museo Thessaloniki (Macedonia, Grecia).
ABYSS by OSKO & DEICHMANN. KUNDALINI
Compuesta por una estructura modular de policarbonato opal moldeado por inyección, la iluminación de Abyss corre a cargo de una tira LED de alto voltaje. Su silueta vertebrada permite infinitas combinaciones de formas articuladas autónomas que la hacen parecer flotar en el espacio. La percepción de su cuerpo iluminado evoca insondables fondos marinos en los que fascinantes y brillantes organismos parecen levitar en la oscuridad. Versiones de mesa y de suspensión.
Parte de la obra del tándem de Berlín se expone en museos de su país (como el Bauhaus Museum o el Design Museum Holon), pero también fuera de sus fronteras: Louvre (París), Cube Museum (Manchester), Stedelijk Museum (Holanda).
ARCO by ACHILLE CASTIGLIONI. FLOS
En 1962, Achille Castiglioni buscaba una lámpara que alumbrara la zona de su comedor sin enchufe eléctrico. Arco, gracias a su largo y arqueado tallo inspirado en la curvatura de las farolas, fue la solución creativa que propuso. La base, de mármol de Carrara (Italia), le daba estabilidad y un peso sustancial. Con más de 72 kilos, es una de las lámparas más sólidas del mercado. Para poder moverla, Castiglioni diseñó un agujero en la base por el que poder pasar un palo de escoba, por ejemplo. Hoy, una de cada diez casas en Italia tienen una lámpara Arco. Por su 50 aniversario, Flos insertó el LED en la clásica luminaria, convirtiéndola en un diseño energéticamente eficiente.
El MoMA cuenta con catorce de sus trabajos. Podemos encontrar parte de su legado en Victoria and Albert Museum (Londres), Museo del Design (Prato), Israel Museum (Jerusalén), Vitra Design Museum o Angewandte Kunst Museum (Hamburgo y Colonia). Exposiciones individuales (1984-1986) en Viena, Berlín, Milán, Zurich, La Haya, París o Madrid –Círculo de Bellas Artes-.
STRING LIGHT by MICHAEL ANASTASSIADES. FLOS
A caballo entre el diseño, la escultura y el arte decorativo, las luminarias de Anastassiades conforman el 80% del trabajo que se realiza en su estudio londinense. Sencillas formas geométricas y superficies brillantes capaces de articular espacios arquitectónicos son el secreto de su éxito. Apasionado de la reflexión, emplea materiales como el bronce pulido y el cristal, capaces por sí solos de desmaterializar los objetos e interactuar con el espacio para generar sensaciones.
Todo lo anterior es perfectamente visible en String Light, una de sus creaciones para Flos. La simplicidad de su minimalista diseño contrasta con la complejidad tecnológica de una lámpara de fijación mural o de techo capaz de ser encendida, apagada y regulada vía Bluetooth. El interruptor encendido/apagado es electrónico y está equipado de un mecanismo óptico.
También para Flos, IC F1 es una esfera luminosa de cristal soplado en equilibrio sobre barra de acero/latón. Sus iniciales responden a un código de la policía inglesa para identificar la etnia de un detenido (“persona blanca”). Además de formar parte de prestigiosas colecciones privadas (Sotheby´s), está presente en colecciones permanentes del MoMA, FRAC Center, MAK, London Institute of Contemporary Arts, Design Museum o Somerset House.
La milanesa galería Nilufar fue quien encargó al diseñador la serie Lit Lines – expuesta en 2011 en el Palacio Durini) y Moonlight (2012).
SKYGARDEN by MARCEL WANDERS. FLOS
Confeccionada en yeso, cristal y acero inoxidable, esta maravilla de Marcel Wanders toma como patrón una flor y se inspira en la luminaria que decoraba su antiguo apartamento. Decidido a llevársela consigo, consiguió desmontarla y hoy está expuesta en una esfera arquitectónica en su residencia privada.
Wanders es conocido por mezclar materiales y técnicas innovadoras con estilos clásicos y arquetípicos. Skygarden es icónica por su diseño compacto y por el efecto de falsa profundidad creado en quien la contempla desde abajo. Su trabajo ha sido expuesto en medio planeta, incluyendo museos de la talla del MoMA, The Stedelijk Museum o V&A.