Sus distintas tonalidades representan la guerra, la ecología, el confort y la naturaleza. En Oliva Iluminación damos la bienvenida a la Primavera con una selección de lámparas tintadas con el color de la esperanza. Arrancamos el post de esta semana con Birzi, de Luceplan… Diseño y funcionalidad en una lámpara de sobremesa realizada en una silicona especial capaz de adoptar caprichosas formas.
Sin lugar a dudas, es uno de los tonos más vivos de la paleta cromática. Junto al rojo, azul y amarillo, constituye uno de los colores primarios. Simboliza el crecimiento, la exhuberancia y nos sirve de conexión directa con la naturaleza. Emma –Estiluz- es una lámpara metálica con luz directa y difusor inferior de metacrilato.
El verde es indicativo de vía libre y es el color que, instintivamente, buscamos cuando acabamos de vivir una situación traumática. El verde inspira relajación, equilibrio y paz interior. Un calmante para las emociones… y esto es aplicable también en el mundo de la decoración. Chouchin 2 –Foscarini-, un claro ejemplo: luz directa y difusor en vidrio encamisado soplado a boca. Un acabado brillante, en sentido literal y figurado, para una lámpara de techo impecable.
Con el paso de la luz natural a la artificial, cambia más que ningún otro color. Es polifacético, maleable, rico y muy variable. Su vertiente más oscura transgrede barreras excitantes y hasta peligrosas –se asocia a conceptos tan complejos como el dinero, la actividad bélica, el sexo, la envidia o la muerte-, pero también es la más adecuada a la hora de fijar la vista sin cansarla – pizarras-. Binic, de Foscarini, es una lámpara de mesa de luz directa. Policarbonato en difusor y ABS coloreado con acabado mate –interior- y brillante en la parte superior. Cable transparente.
Por otro lado, sus tonos más claros están íntimamente relacionados con la fertilidad y la buena salud. Neutral, aséptico, funcional… El verde lo tiene todo y puede llegar a abarcar hasta un estilo de vida -el carácter medioambiental frente a una sociedad dominada por la tecnología-. Gé Transparente, Kartell: luminaria fijada al techo con soporte de policarbonato al estilo de las clásicas lámparas de cristal de Murano.
Su amplio espectro de simbolismo parece no tener fin… La juventud, la inexperiencia, la esperanza, la renovación, la inocencia… Su evolución tonal sigue el proceso de maduración, del brote a la descomposición. Fl/y –Kartellestá realizada en metacrilato transparente y acabados opacos. Verde botella y salvia para una lámpara de techo plagada de audacia.
Pero, atención… Su aplicación en decoración ha de seguir unas reglas básicas. Los verdes más ligeros y brillantes son más propios de ambientes modernos donde prime la frescura. Los más oscuros son idóneos para despachos -sofisticación, madurez, seriedad y elegancia-. En estos casos, es recomendable mezclarlo con blancos para potenciar la luminosidad y fomentar la ligereza visual. Blom, Fontana Arte: base de aluminio pintado para una lámpara de sobremesa con difusor de polietileno opalino blanco y pétalos de policarbonato.
Las habitaciones infantiles y el verde son siempre compatibles, puesto que este color potencia la estimulación cerebral e incrementa la sensación de tranquilidad y seguridad. É, Kartell propone este aplique o lámpara con difusor plisado de policarbonato y brazo en metal cromado de 11cm.
El abanico de posibilidades que ofrece el verde es casi ilimitado y sus resultados en decoración de interiores, constatado. Elige tu tonalidad… consulta nuestro catálogo. Topolina, Marset Barcelona. Lámpara de pizan para sobremesa en policarbonato con reflector de aluminio. El óptimo rendimiento de la luz está garantizado.