Esta semana el experto en iluminación y socio de Oliva Iluminación, Raul Oliva, impartió un curso básico de iluminación a los estudiantes de IADE (Escuela de diseño Universidad de Alcalá). Raúl consiguió acercar a los oyentes el concepto más completo de la luz que percibimos, desde la natural a la artificial, con su intensidad, su color y en todas sus variedades.
Estas son algunas de las nociones básicas que explicó el experto para percibir la luz en un sentido más profesional.
Qué es la Luz
La respuesta técnica es que la luz es una forma de radiación electromagnética como una señal de radio que se transmite en forma de ondas.
La luz natural la proporciona principalmente el sol. Esto puede que sorprenda; al fin y al cabo, la luz diurna cambia de intensidad y de color a lo largo del ciclo diario, y puede cambiar aun más por las condiciones del tiempo atmosférico, en particular por las nubes y la lluvia, además de variar con las estaciones. La luz solar normal del mediodía se nota que contiene todos los colores del espectro visible, mientras que la luz artificial sólo puede ser una aproximación a ella.
Cómo percibimos el color
Cuando la luz blanca incide sobre un objeto, la superficie del mismo absorbe algunas longitudes de onda de la luz y refleja las demás. Diferentes superficies tienen diferentes capacidades de reflexión. Los objetos que llamamos blancos reflejan todo el espectro, y los negros lo absorben en su totalidad. Un objeto rojo refleja sólo la parte roja del espectro, un objeto azul absorbe todas las longitudes de onda excepto las de la parte azul, y así sucesivamente.
Propiedades de la luz
La luz tiene pues, dos propiedades distintas: apariencia del color (grado de «blancura » de la luz emitida por una fuente de luz) y fidelidad cromática (la manera en que el objeto es iluminado por esa fuente). El diseñador de iluminación tiene, pues, que ser consciente no sólo de los colores de los objetos del diseño (superficies de las paredes, mobiliario, etc.)
Apariencia del color
La apariencia del color de la luz, lo que a veces se describe como luz «fría» o «caliente», se expresa técnicamente atendiendo a su particular temperatura de color. La temperatura de color se expresa en grados Kelvin. Este valor teórico se basa en un cálculo de la temperatura.
La llama de un vela con su resplandor cálido y rojizo tiene una baja temperatura de 2.000 grados Kelvin, mientras que una lámpara fluorescente, luz día, cuya temperatura de color se sitúa entre los 4.000 y los 6.000 grados Kelvin, emite un luz fría y azulada.
Fidelidad cromática
La fidelidad cromática se refiere a la forma en que una determinada fuente de luz presenta los colores de un objeto. La Comisión internacional sobre iluminación (CIE) ha elaborado un índice cromático (CRI) sobre esta base. El CRI clasifica las fuentes en una escala de 0 a 100, en la que cuanto más altos son los números más fiel es la reproducción del color a la temperatura de color de la fuente.
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