
CESTITA VIDRIO BLANCO OPAL (LÁMPARA DE EXPOSICIÓN)
Cestita es la hermana pequeña de una de las lámparas más icónicas de Miguel Milá. Cobija su luz bien mediante un globo de opalina o mediante un globo de plástico blanco, más resistente a los embates de los niños. El tamaño de este objeto-lámpara hace que encuentre su lugar indistintamente sobre una mesa o en el suelo, ofreciendo una luz que acompaña. Se produce y ensambla manualmente, por artesanos europeos, mediante las tradicionales técnicas de vaporizado de la madera para su curvado, que es pulido con esmero y ensamblado con firmeza. Y pese a su peculiaridad, o precisamente debido a ella, su aspecto y su función siguen totalmente vigentes hoy
Incluye fuente de luz (mercado CE):
Bombilla LED: 4,5 W / 470 lm / 2700K / A++ (sujeta a actualizaciones de tecnología LED).
E27 – E26 / Alt. Máx. 105 mm / 4.1” / Potencia Máx. 40 W
Compatible con bombillas de Clase de eficiencia energética (C.E.E): A++… E.
Apta solo para uso interior.
Utilice siempre la fuente de luz recomendada o una equivalente.
Tensión de entrada: 100, 120, 230 Vac.
(50 Hz / 60 Hz). Según destino.
Dimensiones
Ø 22 cm / 8.6”
36 cm / 14.1”
29 cm
Material
Estructura de madera de cerezo.
Pantalla de vidrio blanco opal o de polietileno blanco opa
Fuente de luz
Bombilla LED 4,5 W
Miguel Milá
la escasez de recursos de la época, decidió diseñar sus propios objetos de diseño. Pronto empezó a producirlos a través de su empresa Tramo (Trabajos
Molestos), permaneciendo verdaderos clásicos contemporáneos hasta la actualidad. En 2016, el Ministerio de Educación y Cultura le concedió la Medalla de
Oro al Mérito en las Bellas Artes. Nacido en Barcelona en el seno de una aristocrática familia relacionada con el ámbito artístico (su tío Pedro Milá Camps
encargó a Gaudí la célebre Casa Milá, conocida como La Pedrera), Miguel Milá empezó a trabajar como interiorista en el estudio familiar que compartía su
hermano Alfonso Milá con Federico Correa. Eran los años 50, época de autarquía y constante crisis, en que apenas se sabía qué era el diseño industrial. La
curiosidad juvenil de Milá le introdujo al mundo de la experimentación material, dejando de lado sus estudios de arquitectura hacia una artesanía más útil.
Pasarían 3 años hasta que fundase Trabajos Molestos o TRAMO, junto a sus dos amigos arquitectos, Francisco Ribas Barangé y Eduardo Pérez Ulibarri, una
empresa centrada en el diseño y producción de mobiliario de interior. De aquí surgirían las primeras versiones de la lámpara TMC (1958) y la lámpara TMM
(1961), dos clásicos atemporales que continúan incumbiendo generaciones del presente. A comienzos del siglo XXI, Milá fundó su propio estudio de
interiorismo y diseño, custodiando sus procesos y perfeccionando su técnica: “En realidad soy un diseñador preindustrial. Me siento más cómodo con
aquellos procedimientos técnicos que me permiten corregir errores, experimentar durante el proceso y controlarlo al máximo. De aquí también mi
preferencia por materiales nobles, que saben envejecer” Fuera del taller, Miguel Milá participaba en reuniones con arquitectos y diseñadores donde debatía
sobre la estética y la modernidad arquitectónica de la ciudad condal. La primera asociación de diseño industrial en España, la ADI-FAD, nació de tales
discusiones y fue fundada junto a André Ricard, Antonio de Moragas, Oriol Bohigas o Rafael Marquina, entre otros. Desde su creación, el grup... Mostrar más
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