DISCOCÓ SUSPENSION
Si hay un diseño icónico en la colección de Marset es la Discocó: exuberante, también cuando está apagada, la riqueza de luz que emite esta lámpara procura una iluminación directa descendente y, al mismo tiempo, un efectista juego de luces y sombras a su alrededor. Su detallado estudio de la luz indirecta aporta varios matices lumínicos y también profundidad al objeto. La esfera cromada del núcleo, donde se fijan los discos, crea reflejos adicionales.
Apagada, la Discocó es un objeto bello que no pasa desapercibido y llena el espacio. Disponible en blanco, gris, beige y negro oro en 5 tamaños diferentes y también en acabado madera de roble, un material noble que aporta una calidad y confort inigualables. Utilizar la madera y conseguir que sea ligera sin transmitir peso aparente ni real es un reto y por ello esta versión solo se edita en suspensión, con la medida de 68 cm de diámetro. En esta edición de madera, la estructura de metal interior se presenta en acabado níquel grafito.
En todas sus versiones, la Discocó consigue una luz extraordinariamente acogedora.
Exuberante, también cuando está apagada, la riqueza de luz que emite la lámpara Discocó procura una iluminación directa descendente y, al mismo tiempo, un efectista juego de luces y suaves sombreados.
Dimensiones
E14 HSGSP/C/UV 46W
E14 LED 5W
Material
35 discos de ABS inyectado y la esfera cromada. 35 discos de madera prensada de roble americano y la esfera en negro cromado
Christophe Mathieu
Hamburgo, Alemania, 1961.
Tiene nombre francés, nació en Alemania, pero su acento español conduce hasta las islas Canarias, donde creció. Llegó a Barcelona a mediados de los ochenta para acabar estudios de interiorismo. Poco después marchó a Milán y allí descubrió el diseño industrial colaborando con el arquitecto Marco Zanuso jr. en el desarrollo de productos para empresas como De Padova, Memphis y Driade; los arquitectos Roberto Menghi y Giulio Crespi; el diseñador industrial Sergio Coppola; y el arquitecto Antonio Zanuso en el proyecto ganador del concurso Piazza della Republica. Esta estancia milanesa le marcó profundamente.
Hombre inquieto, parece portador de ese ir y venir de sus progenitores belgas, que se aventuraron a afincarse en la España de los 60s. Con un padre arquitecto y manitas (se fabricaba las lámparas de casa con papiroflexia que había aprendido cuando trabajaba en Alemania), hace treinta años Christophe Mathieu transitó de la competición profesional de natación al mundo del diseño. Se mantiene abierto a los imprevistos de la vida, no excluye que a lo mejor un día lo deja y se dedica a algo muy distinto.
Asentado en Barcelona desde hace ya años, es uno de los diseñadores veteranos de Marset, para quien ha creado unos cuantos productos de éxito.
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